Subir (Up)La palabra puede enamorar, producir repugnancia, herir de muerte, matar, resucitar, dar vida ...
Esas características le dan un lugar excepcional, ¿qué más sino a "Dios" le hemos atribuído tal versatilidad?
Hay momentos en que uno gusta de leer, otros en que los demonios internos se intentan extinguir dejándolos salir a través de las palabras. No sé cuándo lo cursi se puede
contemplar como romántico o viceversa. Creo que depende del estado de ánimo y
los ojos de quien lo lea en ese instante. ¡Qué más da! Hay quienes nacen con el
talento, otros más que habrán de conformarse con el desahogo que producen las
palabras.
* Miguel Angel Méndez Polanco * (someday during 2008)
A veces me pregunto si vale la pena recordarte con tal vehemencia. En
ocasiones me despierto sabiendo que estás lejos, que no me perteneces y, peor
aún, que ni siquiera piensas en mí. No duele el olvido sino la indiferencia, no
lastima la tardanza sino la ausencia, no hiere tanto tu imagen en lontananza
como comprenderte intangible en plenitud de consciencia.
Pero tras las noches amargas, los días sin color, las horas faltas de ti, si tu
sonrisa aparece lo arregla todo y, antes de escapar de tu fantasma, me devuelve
a este vacío sin ti en el que una sola mirada, unas cuantas palabras bastan para
soportar algunos siglos más de la soledad en que me hundes con tu partida; pero
para entonces ya es inevitable responder: sí vale la pena ...
Lo único que me consuela es que te sueño menos de lo que te pienso cada día y que por las noches uso dos almohadas; que mientras tu voz se va perdiendo con las horas, perdura la presencia de tu imagen; que con cada paso que te aleja, la suavidad de tu sonrisa se se va quedando impregnada en mi memoria; y mas aún, que me basta sólo recordarte y escribirte, para poder tenerte cuanto quiera entre mis manos.
Ilumina mi vida con la luz de tu sonrisa,
Con esa misma que siento caricia de la brisa.
¿Cuánto tengo que perder para ganar tu amor,
La vanidad y lo superfluo, mi mente o mi razón?
¡Cuánto daría por tenerte entre mis brazos,
Cuánto por sentirme vivo con tu aliento!
Mi mundo por oír de cerca tus pasos,
por no tocar más tus labios en secreto.
¡Cuánto por perder el miedo de mirarte a los ojos,
porque tu alma y la mía un instante fueran una,
porque no viviéramos ni tú, ni yo, sino nosotros,
porque convirtieras, no en oro, mi fortuna!
¡Cuánto daría por sentir el roce de tu cabello,
Cuánto por saber que puedes ser mía!
Mi mundo a cambio de un instante bello,
Mi mente toda por llenarte de alegría
Y mis versos cursis por tu mirada tierna,
Y mis muchas ganas por sentirte cerca
Mi vida para ti regalada entera
Mi mente ágil siempre por ti alerta
Mi espacio completo por una palabra amable,
Mi tiempo entero por una caricia sincera,
por aquella sonrisa perfecta, adorable,
por una existencia, la nuestra, siempre en primavera
Mi vida: te doy mi vida que te espera,
y mi alma que sin ti se está cansando,
que fundirse con la tuya es lo que anhela,
y mis labios que se marchitan esperando
Un sortilegio de amor esperanzado,
una gota, mis manos, mi memoria
Un cuento soñador, enamorado
¡Mi reino por ser parte de tu historia!
Mis horas, mis ojos, mi sutileza, mis latidos,
mi boca, mis enojos, un lamento, mi poco peso,
mi ingenio con mi ego, los amigos, mis sentidos,
mi alma, mi todo, mi nada, mi reino por un beso ...
(By: Pedro Flores)
Por alto esté el cielo en el mundo,
por hondo que sea el mar profundo,
no habrá una barrera en el mundo
que mi amor profundo, no rompa por ti.
[ Amor es el pan de la vida,
amor es la copa divina,
amor es un algo sin nombre
que obsesiona al hombre
por una mujer.
Yo estoy obsesionado contigo
y el mundo es testigo
de mi frenesí.
Por más que se oponga el destino
serás para mí. ]
(By: Eduardo Galeano)
No consigo dormir, tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.
Escribo, porque no tengo manera alterna de
tocarte, concebirte en mi presencia, embriagarme con el néctar de tus labios,
enloquecer con la cadencia de tu risa y de tu voz, deleitarme con el terso aroma
de tu piel; en fin, recrearte al unísono como mis sentidos no lo logran.
Esta retahíla de letras te instalan frente a mí y me deleita la compañía
de tu silueta, la calidez de tu cuerpo acomodado entre mis brazos, me permiten
despojarte de ti misma para pertenecerme en el inquieto juego que mis dedos
despliegan por tu tacto, palmo a palmo te recorren y responde a mis caricias.
¿Cómo pasar de este deseo reprimido, de amarte sin temores a saberme igualmente
correspondido, a vivir feliz? Hace tanto tiempo te soñé y tras tu aparición en
mi vida, cada vez que se hace tarde y no puedo dejar de pensar en ti,
recurro a las letras pues es la única magia que puedo controlar; la tuya,
quizá hasta sin quererlo, la empleas para mantenerme a raya viviendo para ti.
Pero lo peor no es la hora de hoy sino las incontables horas que has acumulado
en mi mente y los días que se han vuelto eternos en que has permanecido, mi
corazón. Dime qué puedo hacer para volver al menos a arrancarte un pensamiento, para que
añores mi existencia, para que respondas a mis miradas y a mis gritos
desesperados clamando por tu amor en la distancia.
Mientras arriba tu respuesta aquí seguiré pensándote, soñándote en secreto, sin
importar lo insufrible de las altas horas de la noche, ni que ésas sin ti calen
en el alma cual invierno en la soledad de la montaña, o que hayan transcurrido
días sin ti y siglos arrostrando tu ausencia.
* Soneto a Cristo crucificado *
[Anónimo, Siglo XVI]
{And Speaking of love... here's another sample of what
that feeling is all about, although in a sort of different way, but still love.}
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
¡Tú me mueves, Señor! Muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muévenme en fin, tu amor, y en tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No tienes que me dar porque te quiera,
pues aunque cuanto espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Hoy sentí la necesidad de mirarte, de tenerte entre mis
brazos, de alejarme para siempre de este mundo tan ajeno, contigo. Quise
reflejarme en tus ojos y dejar que el conspicuo verde mar que despliegan me
arrastrara entre su oleaje valseado, relajante. Hoy, como hace tantos soles y
como hace muchas lunas, deseé tenerte entre mis brazos y regalarte mil caricias,
anhelé profundamente recibir a cambio de tus labios unos besos y de tu corazón
un "te quiero". Ya en la tarde al ponerse el sol y con el canto de las aves
regresando a su nido, ansié mi tiempo asiéndome a tu cintura para no perderme
bajo la tenue luz del sol alumbrando el camino de vuelta a nuestras vidas,
distanciadas.
Hoy, precisamente hoy que quería desaparecerte y olvidarte en un instante, a
cambio me tomó una ráfaga de tiempo para amarte como ayer, un suspiro me bastó
para traerte de vuelta del destierro que intenté imponer a tu presencia y
defenestrar la idea del olvido y de lanzarte lejos de mi corazón.
Así que con sonrisas he de festejar que no te has ido de mi lado y que puedo
seguir, aunque en parte derrotado, disfrutando de tu entrañable compañía.
[By: Silvio Rodríguez Domínguez ]
En estos días,
todo el viento del mundo sopla en tu dirección.
La Osa Mayor corrige la punta de su cola
y te corona con la estrella que guía, la mía.
Los mares se han torcido
con no poco dolor hacia tus costas.
La lluvia dibuja en tu cabeza
la sed de millones de árboles.
Las flores te maldicen muriendo, celosas.
En estos días no sale el sol,
sino tu rostro. Y en el silencio,
sordo del tiempo, gritan tus ojos.
¡Ay! de estos días terribles,
¡ay! de lo indescriptible.
En estos días
no hay absolución posible para el hombre,
para el feroz, la fiera que ruge y canta ciega:
ese animal remoto que devora y devora
primaveras.
En estos días no sale el sol,
sino tu rostro. Y en el silencio,
sordo del tiempo, gritan tus ojos.
¡Ay! de estos días terribles,
¡ay! del nombre que lleven,
¡ay! de cuanto se marche,
¡ay! de cuanto se quede.
¡Ay! de todas las cosas
que hinchan este segundo.
¡Ay! de estos días terribles,
asesinos del mundo.
[By: Joaquín Sabina]
Lo peor del amor, cuando termina
son las habitaciones ventiladas
el sol de pijamas con sordina
la adrenalina en camas separadas.
Lo malo de después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño
los teléfonos que hablan con los ojos
el cístole sin diástole ni dueño
Lo más ingrato es encalar la casa
remendar las virtudes veniales
condenadar a galeras los archivos.
Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales
no le siguen dos puntos suspensivos.
[By: Jaime Sabines]
Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte,
de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las
prescripciones de la moral en turno, me receto tiempo,
abstinencia, soledad ¿Te parece bien que te quiera nada
más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante.
En una semana se pueden reunir todas las palabras de amor
que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede
prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del
amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores
palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen
nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y
subversivo del que ama: Tú sabes cómo te digo que te
quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame agua",
"¿sabes manejar?", "se hizo de noche". . . Entre las
gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho
"ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero". Una
semana más para reunir todo el amor del tiempo, para
dártelo, para que hagas con él lo que tú quieras:
guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve,
es cierto. Sólo quiero una semana para entender las
cosas porque esto es muy parecido a estar saliendo de
un manicomio para entrar a un panteón.
Si supiera de tus labios, palabras no necesitara
si entre ellos y los míos se acabara
todo espacio, todo tiempo, el mundo entero
y se redujera nuestra dualidad a cero.
Si supiera de tus manos, el tacto de mi piel entera
se redujera a un tanto menos que miseria
porque disfrutar de tus caricias sería el sueño
inagotable y persistente de mi empeño.
Si supiera de tus ojos, los colores me sobraran
tras su claridad penetrante me arropara
me impidieran buscar alguna otra maravilla
si de la oscuridad resucitan el color de la vida.
¡Ay si supiera de ti! Si pudiera embriagarme
con tu cualidad y encanto de mujer afable
mil y una veces moriría y volvería nacer
por el milagro de convertirnos en un solo ser.